El trastorno alimenticio es una enfermedad que causa graves
perturbaciones en su dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas o
comer en exceso. Una persona que tiene un trastorno de la alimentación puede
haber comenzado por comer pequeñas o grandes cantidades de comida, pero en
algún momento el impulso de comer queda fuera de control. Angustia severa o
preocupación por la forma o el peso del
cuerpo también se puede caracterizar como un trastorno de la alimentación. Con
frecuencia coexisten con otras enfermedades como la depresión, el abuso de
sustancias o los trastornos de ansiedad (Instituto Nacional de la Salud
Mental).
Trastornos Alimenticios
sábado, 26 de noviembre de 2016
ANOREXIA
Definición
La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio
que amenaza contra la vida y es caracterizada por la privación de comer y por
la pérdida excesiva de peso. El desorden es diagnosticado cuando una persona
pesa por lo menos el 15 por ciento menos del peso normal de su cuerpo. La
pérdida de peso extrema en las personas con anorexia nerviosa puede conducir a
problemas peligrosos de salud e inclusive a la muerte.
Factores de riesgo
Una incomunicación con la familia, poca
socialización y vulnerabilidad son de las principales causas por las que los
jóvenes desarrollan el trastorno de anorexia nerviosa.
Hablando de vulnerabilidad, se hace referencia
a tres posibles áreas:
Un área de vulnerabilidad general permanente se
refiere a la escasez de iniciativa propia, falta de criterio para tomar
decisiones por si solo con respecto al futuro de su vida, falta de habilidad de
afrontamiento a situaciones estresantes y/o un sentimiento de incapacidad para
lograr grandes metas. Esto puede ser generado, principalmente, en el sistema
familiar, debido a que en ella se forjan los principales valores, es decir, una
familia sobreprotectora y rígida puede provocar estos desórdenes en las
personas.
Un área de vulnerabilidad general temporal es
aquella en la que se pueden dar factores como: conflictos interpersonales,
experiencias intensas de fracaso, la presencia de la menarquía o primera
menstruación, apariencia física y presencia de situaciones estresantes.
Un área de vulnerabilidad específica a intentar
adelgazar, en la cual se pueden encontrar factores: tener algún familiar
cercano con obesidad u anorexia (modelos a imitar), la influencias social
(estereotipos de belleza) y comentarios negativos u ofensivos de las personas
cercanas sobre su aspecto.
Factores de protección
Habilidades sociales como asertividad y locus
de control sobre todo interno, fungen como factores protectores en el sujeto
para no enfermar de anorexia nerviosa, aun viviendo en ambientes de alto
riesgo. Otro factor importante es la interacción familiar, es decir, desarrollo
de empatía por parte de los padres, permite al hijo el mostrar sus emociones y
la aparición de conductas sociales positivas.
Factores Biológicos
Rusell (1977 en Turón, s/f) en su hipótesis
etiopatogénica explicativa de la anorexia cita la relación existente entre los
trastornos neuroendocrinos, la pérdida de peso y los cambios psíquicos. Se ha
hablado también de posibles anormalidades en la función hipotalámica sin
embargo no queda claro si éstas son causa o consecuencia directa de la
desnutrición.
Woerwag & Treasure (2008 en Tello, 2006)
aseguran que las alteraciones durante el desarrollo en etapas prenatales,
perinatales y postnatales, juegan un papel importante en el origen y desarrollo
de la Anorexia Nerviosa, especialmente si hay una alimentación inadecuada,
alterando tanto el estado nutricional, como la programación del apetito de una
persona durante su vida; además refieren una heredabilidad para los Trastornos
Alimenticios de entre el 58% y el 74 %.
Factores Psicológicos
En la personalidad de estos pacientes se
encuentran rasgos poco específicos de inmadurez, hipersensibilidad,
impulsividad, baja tolerancia a la frustración, inseguridad, baja autoestima,
tendencias obsesivo-compulsivas.
Por lo regular aparecen en la etapa de la
adolescencia debido a que en ella se empieza a asumir progresivamente el papel
de adulto, aprender a tomar decisiones, afrontar riesgos y abandonar la
dependencia paterna.
Factores Sociales
Nuestra sociedad impone valores de los que
participan la mayoría de sus miembros, esta presión afecta de forma negativa a
los más frágiles y estos enferman. Se presenta a la mujer un ideal estético
difícil de alcanzar, antinatural, la "belleza" se identifica con
"delgadez extrema", con una figura andrógina de caderas y hombros según
el patrón masculino en la que apenas se marcan las diferencias entre perímetro
pectoral y pélvico.
Factores Familiares
Ruíz et al. (2013 en Bedoya, 2015), establecen
que las personas con Anorexia Nerviosa perciben a sus familias con dificultades
en la comunicación y solución de problemas; los sujetos con BN piensan que sus
familias son menos cohesivas, poco flexibles, con problemas de comunicación,
expresividad y falta de soporte emocional, además de ser conflictivas,
autoritarias y en ocasiones con disciplina inconsistente.
BULIMIA
BULIMIA
Definición
La obsesión por perder peso y el miedo a
aumentarlo, lleva al paciente a recurrir a ciertos comportamientos, como lo es
producir el vómito, lo cual, si se hace de forma constante puede llegar a convertirse
en otro trastorno: la bulimia.
Los vómitos provocados conducen al aprendizaje
de que es posible el deseado control de peso sin necesidad de restringir la
ingestión de alimentos y todo lo que esto conlleva (hambre y ansiedad por
consumir alimentos). Las personas que padecen este trastorno suele comer de
manera compulsiva para calmar el apetito y para reducir la ansiedad, sin
embargo, en su preocupación por no aumentar de peso, se provocan el vómito.
Factores de Riesgo
Paradójicamente, los medios de comunicación
muestran mensajes de que ser delgado es hermoso, incentivan el uso de
estrategias para alcanzar el nivel de belleza establecido, y por otro lado,
bombardean a los/las niños/ niñas y adolescentes con imágenes de alimentos
atractivos y deseables, pero insalubres; aunado a esto se encuentra una
incomunicación familiar y falta de información acerca del trastorno.
Factores de Protección
Vivimos en una sociedad donde la imagen de la
mujer “ideal” que se ve a través de los medios de comunicación no es muy
realista. Los educadores y los padres de la gente joven les pueden ayudar a
poner esta idea de “ideal” en perspectiva. Se debe enseñar a los adolescentes
para que entiendan que el peso apropiado no es igual a la delgadez extrema.
Factores biológicos
Se han documentado importantes alteraciones en
estos pacientes en algunos neurotransmisores que participan activamente en la
regulación de la homeostasis energética (serotonina, dopamina, noradrenalina) y
en los sistemas de la colecistoquinina, grelina, leptina, adiponectina,
neuropéptido Y u otros péptidos implicados en el control de la ingesta
(Madruga, s/f).
Factores sociales
Un modelo de belleza aparece continuamente en
los medios de comunicación que intentan imponer la idea de que el éxito, el triunfo
y la valía personal, depende de un cuerpo delgado, estilizado y dinámico.
Factores familiares
Se asocian con la bulimia las relaciones
familiares disfuncionales, acompañadas con frecuencia de alteraciones
psicopatológicas en los padres: trastornos afectivos, abuso de substancias,
agresividad. ambientes familiares más conflictividad y desintegración que los
sujetos normales: menos apoyo y ayuda, menos independencia, y expresividad
emocional.
Factores psicológicos
Los pacientes bulímicos, en comparación con los
anoréxicos, tienden a poseer una personalidad más marcada, a ser más
extrovertidos y a presentar dificultades en el control de impulsos con
tendencia al abuso de alcohol y drogas, trastornos afectivos e intentos
autolíticos. Previamente al inicio del trastorno se han descrito problemas por
inestabilidad afectiva, ansiedad manifiesta y dificultades interpersonales.
OBESIDAD
Definición
La obesidad se caracteriza por un aumento en
los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un
balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los
alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se
almacena en forma de grasa en el organismo.
Factores de Riesgo
El incumplimiento de las funciones del sistema
familiar son las principales causas para que las persona comiencen a comer de
forma excesiva, ya que siendo este el sistema principal en el desarrollo físico
y emocional de las personas debe estar presente y constante en todas las etapas
del desarrollo.
Factores de Protección
Es necesario que se
cubran con calidad las necesidades de contacto físico, así como satisfacer
otras biológicas como la necesidad de alimentación y cuidado, las figura
paternales deben tener la capacidad de interpretar las demandas y necesidades
de los hijos para que posteriormente no repercuta el desarrollo de dicho
trastorno, compensando la falta de cariño y atención con comida (Flores, s/f).
Factores biológicos
Se observa una disminución del metabolismo
basal debido a un descenso en la actividad del eje
hipotálamo-hipófiso-tiroideo, a causa de esto se precisa un menor número de
calorías para mantener el peso corporal, siendo esta una de las causas del
desarrollo de la obesidad o del progresivo sobrepeso tras repetidas dietas
adelgazantes.
En cuanto a los factores genéticos, es
importante señalar que no sólo se hereda la predisposición a la adiposidad y la
distribución de la grasa corporal; estudios de genética de la conducta indican
que factores conductuales tales como la preferencia por las grasas, la elección
del intervalo entre comidas, el grado de compensación calórica en respuesta a
la restricción de alimentos y aun la inclinación por la actividad física tienen
componentes genéticos (Bersh, 2006)
Factores sociales
Al tiempo la sociedad tiende a rechazar a los
obesos. Incluso en el ámbito laboral juega un papel preponderante la figura, no
sólo para aquellas actividades que requieran de por sí un cuerpo delgado:
bailarinas, gimnastas, etc., sino también en el resto de profesiones,
especialmente las liberales que impliquen una relación profesional dirigida al
entorno social.(Bersh, 2006)
Factores familiares
Las prácticas parentales de alimentación
infantil son centrales en el ambiente temprano del menor, pues tienen efectos
directos sobre el resto de su vida e influyen en las preferencias por ciertos
alimentos y en la regulación de su consumo de energía. Se definen como
conductas específicas orientadas a una meta en particular a través de las
cuales los padres desempeñan su papel.
Factores psicológicos
Algunas personas no logran introyectar en su
desarrollo el control sobre la alimentación que inicialmente ejercen los
padres, en especial cuando el sobrepeso aparece en la niñez o cuando hay
sobreprotección y en la regulación de su consumo de energía. Se definen como
conductas específicas orientadas a una meta en particular a través de las
cuales los padres desempeñan su papel.
Una característica de muchos obesos es la
dificultad para identificar y expresar las propias emociones, lo cual hace que
recurren a comer en exceso como una estrategia maladaptativa para “manejarlas”,
(Bersh, 2006).
DIABULIMIA
Definición:
Trastorno de la alimentación que consiste en suspender el
tratamiento médico en pacientes con Diabetes tipo I, específicamente, es la
suspensión de la administración de insulina, pues en algunas personas provoca
el aumento de peso. La insulina en las personas con diabetes es la que ayuda a
suministrar esta hormona para que las personas puedan mantener un nivel de
glucosa en la sangre a niveles más o menos normales, pues el páncreas deja de
producirla de forma natural y normal (Ruvinskis, 2013).
Factores de riesgo:
El suspender o administrar dosis menores de insulina,
ocasionando la prematura presencia de síntomas como neuritis periférica,
problemas de la vista, riñones y circulación, hasta el caer en estado de coma.
Otro aspecto es el dejar de alimentarse adecuadamente o realizar dietas
enfocadas a la disminución o eliminación de carbohidratos para después
presentar la conducta de atracones, consistente en ingerirlos de manera
abundante. Por último, el abusar de la actividad física, hasta caer en una
obsesión hacia el ejercicio (Ruvinskis, 2013).
Factores de protección:
Cumplir con el tratamiento y medicación recomendada por el
médico, específicamente suministrando la cantidad de insulina recetada, además
de cuidar la alimentación de manera equilibrada ingiriendo los carbohidratos
necesarios, además de realizar actividad física, pero sin caer en una obsesión
o abuso del ejercicio (Ruvinskis, 2013).
Factores biológicos:
El páncreas deje de
generar la insulina y la diabetes destruye las células β (Lucas, Martínez,
Teixidor, Castillo & Lorente, 2014).
Factores psicológicos:
Los pacientes desarrollan un miedo a engordar, generando
comportamientos obsesivos con patrones de perfección rígidos que los lleva a
perder objetividad en la realidad y percibirse obesos cuando en realidad tienen
el peso ideal según su edad y talla (Ruvinskis, 2013).
Manejo de los factores psicológicos:
El perfil psicológico de los pacientes con diabetes mellitus
tipo 1 se asocia a índices elevados de depresión, menor percepción de calidad
de vida y miedo de no ser capaces de controlar el peso corporal. Por lo tanto,
se debe de poner mayor atención en conductas obsesivas y fobia social
(Sancanuto, Tébar, Jiménez-Rodríguez & Hernández-Morante, 2014), por lo
tanto el manejo de los factores psicológicos debe estar encaminado a normalizar
la situación biológica; al autocontrol de la conducta; a lograr una dieta
normal; a la recuperación ponderal; a la eliminación de distorsiones del
aspecto corporal; a la normalización y equilibrio del estado de ánimo, la
autoestima, el estilo cognitivo y las relaciones familiares y sociales;
culminando con la normalización del estilo de vida bajo el contexto de un
programa de tratamiento para la diabetes, la cual es de por vida. Se debe tener
en cuenta el trabajo en la auto-observación y control de estímulos; registro de
la alimentación diaria y administración de insulina, así como los sentimientos
y pensamientos asociados a la alimentación, a la administración de insulina, al
peso y a la figura corporal; la modificación de cogniciones irracionales, a
través de la reestructuración cognitiva; y en la prevención de recaídas (Turón,
s/f).
Epidemiología:
La diabetes mellitus tipo I, es una
enfermedad crónica de carácter autoinmune, que consiste en la destrucción de
las células β del páncreas, provocando la necesidad del uso de insulina exógena
(Lucas et al. 2014).
Al dejar de generar el páncreas la insulina, ésta tiene que
ser suministrada de manera artificial, al no realizarlo, se presentan
cetoacidosis mantenidas o repetidas por la reducción o eliminación de la
insulina en el organismo; controles de glicemias capilares insuficientes debido
al mal control metabólico; el aumento de hemoglobina glicosilada (HbA1c); e
hipoglucemias por no alimentarse o no hacerlo suficientemente (Lucas et al.
2014).
Al presentar esta disminución de insulina o la eliminación
total de esta puede provocar síntomas como deshidratación, disminución de
tejido muscular y provocar el riesgo de desarrollar infecciones y fatiga,
siendo estos los primeros indicios del padecimiento de diabulimia; en un estado
avanzado puede presentarse la insuficiencia renal, nefropatía, retinopatía,
patologías vasculares, hasta una alta mortalidad de forma prematura, pues se
calcula que una persona con diabetes tipo I puede llegar a vivir hasta los 58
años, pero con la presencia de la diabulimia la predicción es que solo se
alcanzara una edad promedio de 45 años (Lucas et al. 2014)
Esta afectación se presenta principalmente en mujeres,
calculando que 4 de cada 10 mujeres con diabetes tipo I, presentan la
diabulimia (Ruvinskis, 2013). Es decir, el 20% de las mujeres lo presentan
(Lucas et al. 2014). Esta incidencia se asocia a que principalmente las mujeres
y en la época de la adolescencia, se presentan cambios psicosociales que
influyen en una insatisfacción de la imagen corporal (Lucas et al. 2014).
Tipos de evaluación:
Existe una herramienta específica para la detección de la
posible manipulación de la administración de insulina con la intención de
perder peso, denominado, Diabetes Eating Problems Survey Revised (DEPS-R)
(Sancanuto et al. 2014).
Al ser una combinación de la diabetes mellitus tipo I con el
trastorno alimenticio de la bulimia, la evaluación es la que comúnmente se
desarrolla para esta última o para evaluar los trastornos alimenticios usando
los cuestionarios autoaplicados como por ejemplo: Eating Attitudes Test (EAT),
Bulimia Test – Revised (BULIT-R), Bulimia Questionnaire of Eating and Weight
Patterns – Revised (QEWP-R), Eating Disorder Examination – self – report
questionnaire (EDE-Q), Eating Disorder Inventory (EDI), (EDI-2, versión en
español) (Urzúa, Castro, Lillo & Leal, 2009), Bulimia Test of Edimburg
(BITE), SCOFF, etc. (Iñárritu, Cruz & Morán, 2004). Para la evaluación de
la percepción corporal están: Body Image Detection (BIDD), Contour Drawing
Rating Scale (CDRS), Body Attitudes Test (BAT), Body Imagen Testing System
(BITS), Body – Self Relations Questionnaire (MBSRQ), Body Shape Questionnaire
(BSQ) (Iñárritu et al. 2004).
Otro tipo de evaluación es la
desarrollada a través de entrevistas estructuradas, además de la medición del
índice de masa corporal y la ingesta dietética, esta última a través de
recordatorios de 24 horas, registro directo de consumo, registro de pesos y
medidas, encuestas de duplicación, frecuencia de consumo e historia dietética
(Iñárritu et al. 2004).
Por último, se debe de mantener un control y evaluación
continua de la hemoglobina glicosilada, además de un control de la glucosa, ya
sea de forma retrospectiva o en tiempo real (Ministerio de Sanidad, 2012).
Estrategias y programas de intervención:
Se debe de abordar de forma multidisciplinar, por lo que es
necesario al trabajo en conjunto de un endocrino/diabetólogo, una enfermera
educadora, un nutricionista, un psicólogo y un psiquiatra, con el fin de realizar
un monitoreo de la administración de insulina, además de la educación sobre el
manejo de la diabetes tanto para el paciente como los familiares (Lucas et al.
2014). Se aconseja que los familiares estén atentos de la conducta del
paciente, es decir, si presenta una conducta selectiva o estricta de su dieta,
si después de cada comida se ausentan para acudir al baño, estar atentos de su
salud bucal y si consumen algún diurético o laxante. También será necesario que
un miembro de la familia sea la encargada de suministrar la insulina en vez de
dejarle al paciente esta actividad (Ruvinskis, 2013).
Con respecto a la dieta, se debe de dar información sobre la
importancia de la alimentación con respecto a controlar posibles síntomas de la
diabetes, así como las consecuencias de las alteraciones alimentarias. Se debe
de crear un menú de comidas y metas de peso corporal idóneo dependiendo del
sujeto. También el especificar la cantidad a administrarse de la insulina en
relación a los carbohidratos consumidos en la alimentación y el realizar
controles de glicemina capilar para poder hacer correcciones dependiendo de
estos resultados (Lucas et al. 2014).
A nivel psicológico se realiza un tratamiento a través de la
terapia Cognitivo-conductual, enfocándose en que el paciente aprenda a
identificar los pensamientos distorsionados o sin ninguna utilidad con respecto
a su peso o imagen corporal, por lo tanto, debe de reconocer sus creencias
erróneas para después cambiarlas por creencias verídicas y basadas en información
cierta y científica. Otro aspecto es el que aprenda a relacionarse de forma
positiva con la gente que le rodea y cambiar comportamientos obsesivos por
tener una conciencia más tolerante de sí mismo y de su entorno (Instituto
Nacional de la Salud Mental, 2011).
ALOTROFAGIA O SINDROME DE PICA
Definición:
Es la conducta intencionada y persistente de ingerir,
masticar, chupar o lamer sustancias u objetos que no son considerados
alimentos, o también se refiere al consumo en demasía de algún alimento o
condimento específico, ambas acciones con una duración mayor a un lapso de un
mes, y comúnmente solo un material es el que se ingiere, es decir, la persona
selecciona solo un material o sustancia; por lo que ha sido catalogada como una
anormalidad en la conducta o como una perversión gustativo-alimentaria (Frenk,
Nieto, Olivares & Faure, 2013).
Factores de riesgo:
Se asocia al padecimiento de hipogeusia, es decir, la pérdida
de la percepción de sabores, así como a la carencia de alguna sustancia nutritiva
en específico (Frenk et al, 2013). Además, al vivir en un entorno familiar
estresante, el tener conductas adictivas, el carecer de una red de apoyo
social, privación maternal, negligencia paternal, embarazo, tener una
discapacidad intelectual o un trastorno de desarrollo, epilepsia y/o daño
cerebral (Rose, Porcerelli & Neale, 2000).
Factores de protección:
La continua evaluación de sustancias como el hierro y el zinc
en la sangre, de igual forma de la presencia de plomo. Otro factor es
detectando conductas obsesivas y control de impulsos (Rose et al. 2000).
Factores biológicos:
Esta costumbre se presenta en ocasiones en pacientes con
padecimientos de orden metabólico como la enfermedad celíaca, drepanocitosis o
el síndrome de Prasad, caracterizados por la falta de hierro y zinc.
Precisamente con respecto al hierro, se da la controversia sobre si esta
deficiencia es causa o efecto de la pica (Frenk et al, 2013).
Factores psicológicos:
Este síndrome comúnmente se practica a escondidas y con conciencia
de culpa, y es provocado por cuestiones como la hiperactividad, déficit de
atención, en pacientes con retraso mental y en personas con autismo. De igual
forma se le ha asociado a un tipo de adicción, por su carácter compulsivo, pues
genera sentimientos de satisfacción y liberación de tensiones emocionales
(Frenk et al, 2013). También se relaciona con cuestiones de estrés, temor,
abusos, pobreza y hambre (Rojas, 2012).
Manejo de los factores psicológicos:
A través del control de los impulsos y de comportamientos
obsesivos (Rose et al. 2000), comúnmente este manejo de deja a los familiares
del paciente con síndrome de pica, pues son ellos los que servirán como
coterapeutas evitando el reforzamiento incidental de la conducta. Se entrena
sobre principios básicos de aprendizaje, castigo y control de estímulos,
reforzando conductas incompatibles y conductas alternas, además de desarrollar
la comunicación y habilidades sociales (Viguria & Miján, 2006).
Epidemiología:
Este síndrome tiene mayor presencia en regiones pobres de
Centro y Sudamérica e India. El grupo más afectado se da entre las mujeres
embarazadas. En Latinoamérica existe entre un 23% y 44% de mujeres gestantes
que presentan esta patología. En enfermos con discapacidad intelectual se presenta
en un 20 y 30 % (Rojas, 2012).
Para que se considere anómala esta conducta debe de
presentarse en sujetos mayores de los 18-24 meses de edad (Rojas, 2012).
Se relaciona con la función límbica, específicamente al
complejo amigdalino, del cual vienen desde el reconocimiento del carácter de
alimento hasta el condicionamiento de aversión o preferencia gustativa (Frenk
et al, 2013).
Los sujetos con pica pueden percibir sabores endógenos al
ingerir materiales que realmente carecen de sabor (Frenk et al, 2013).
El padecimiento de pica puede ocasionar hiperpotasemia,
hipopotasemia y alcalosis metabólica, así como, se puede contraer helmintiasis.
Por otro lado, es causa de obstrucciones y perforaciones intestinales, además
de bezoares como por ejemplo los tricobezoares (Frenk et al, 2013). Por la
ingesta de pelo el cual obstruye el estómago se puede padecer el síndrome de
Rapunzel. Además, se puede presentar envenenamiento por exposición o consumo de
plomo; infecciones por parásitos y lesiones dentales (Rojas, 2012).
Dependiendo de la sustancia que se consuma el síndrome de
pica puede recibir el nombre de: pagofagia (hielo); geofagia (tierra);
xilofagia (madera); tricofagia (pelo); amilofagia (harina); cuatopirofagia
(fósforos quemados); coniofagia (polvo de persianas); litofagia (piedras);
stachtofagia (cigarro); onicofagia (uñas); coprofagia (heces); foliofagia
(hojas); etc. (Rojas, 2012).
Tipos de evaluación:
El descubrir la presencia de este síndrome es una tarea
difícil de realizar, pues sin la presencia de consecuencias negativas
relacionadas a la alimentación, la evaluación se realiza a través de la
presentación de informes ya sea de los familiares o de la persona misma, aunque
este último caso es poco frecuente pues la persona que padece alotrofagia no
tienen conciencia de que sea un problema o tema a informar y otros por
vergüenza (Rose et al. 2000). Por lo tanto, la principal herramienta es la
observación y/o auto-observación (Frenk et al, 2013). Una actividad de
evaluación es que los parientes del paciente mantengan en observación al
sujeto, pero sin que este se sepa observado y realizar un registro sobre el
comportamiento y específicamente en la introducción a la boca de cualquier
sustancia u objeto (Rose et al. 2000).
También es recomendable realizar una evaluación de respuesta
neurobiológica a través de la detección de inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina a través de la medición de la hipersensibilidad
gradual de serotonina rápida, además de evaluar síntomas relacionadas con el
control de impulsos para detectar comportamientos obsesivos, observando el
aumento de tensión antes de realizar la conducta y el alivio de la tensión
después de ejecutarla (Rose et al. 2000).
Se realizan estudios para identificar
los niveles de hierro y zinc en la sangre. También se realizan exámenes para
identificar la presencia de anemia. Es común el uso de radiografías en el área
abdominal, con el fin de detectar algún objeto o cuerpo extraño (Rojas, 2012).
Sin embargo, aun estas evaluaciones no se relacionan con la alotrofagia si la
persona o los familiares informan del comportamiento, por lo que el médico
tiene que preguntar específicamente si la persona ingiere habitualmente alguna
sustancia no comestible (Rose et al. 2000).
Estrategias y programas de intervención:
Dependiendo de cada caso se puede requerir un manejo
quirúrgico y la nivelación del desequilibrio nutrimental por cierta sustancia
(Frenk et al, 2013).
A nivel psicológico o psiquiátrico se debe de enfocar el tratamiento
a provocar la aversión hacia la sustancia o material que está asociada a la
pica (Frenk et al, 2013), a través de la terapia leve de aversión, el cual
consiste en asociar al comportamiento un castigo acompañado de un refuerzo
positivo que contenga relación con una alimentación adecuada (Rojas,
2012).; además de incluir un enfoque
pedagógico con el objetivo de intercambiar los materiales no nutrimentales y no
comestibles por alimentos o productos comestibles (Frenk et al, 2013).
POLIFAGIA
Definición:
Es el término médico que se le da a
el hambre excesivo o al aumento del apetito que no desaparece o disminuye al
ingerir alimentos de forma normal ni al comer con más frecuencia de lo común y
es un síntoma considerado principal en la diabetes (Diabetes.co.uk, 2016).
Factores de riesgo:
La presencia de polifagia se debe comúnmente a la diabetes
mellitus; hipoglucemia; hiperglucemia; bulimia; trastorno por atracón;
hipertiroidismo; síndrome premenstrual; algunos medicamentos, como corticoesteroides;
etc. (Diabetes.co.uk, 2016).
Factores de protección:
Mantener los niveles de glucosa controlados en la sangre,
además de en pacientes con diabetes, mantener un tratamiento de insulina
(Diabetes.co.uk, 2016).
Factores biológicos:
Se puede deber a niveles bajos de glucosa en la sangre, o al
contrario a niveles altos de glucosa en la sangre pero que no penetran en la
célula, lo cual ocasiona que el cuerpo no pueda convertir los alimentos que se
ingieren en energía, lo cual provoca un aumento de hambre (Diabetes.co.uk,
2016). De igual forma se habla de una relación con la dopamina, en relación a
la búsqueda de satisfacción a través de comer en demasía (Álvarez, 2012).
Factores psicológicos:
La ansiedad, estrés, depresión pueden contribuir a presentar
etapas de polifagia (Diabetes.co.uk, 2016) ya sea de forma intermitente o
perdurable durante prolongados periodos (Álvarez, 2012).
Con respecto a aspectos sociales, el que los productos que se
comercializan contengan gran cantidad de azúcares y que además su apuesta sea
promocionar grandes cantidades con un menor costo hace que la gente se
acostumbre a comer más (Álvarez, 2012).
Manejo de los factores psicológicos:
La principal herramienta es la psicoeducación, tanto del
sujeto que la padece como de los familiares, con el fin de comunicar e informar
el riesgo de comer en demasía, de ingerir alimentos altos en azúcares, y sobre
todo, en forzar a las personas y en este caso, desde pequeños, a comer grandes
raciones de alimentos (Álvarez, 2012). De igual forma el desasociar la ingesta
de alimentos con factores placenteros y de satisfacción (Cano, s/f).
Epidemiología:
Al no existir un control en la producción o captación de la
glucosa, el cual se encarga el hígado a través de la insulina, es que genera el
padecimiento de polifagia generada por la combinación del balance calórico
negativo y el tejido catabólico generando así el aumento de apetito (Ozougwu,
Obimba, Belonwu & Unakalamba, 2013). De igual forma está relacionada
directamente con las cantidades de dopamina en el cerebro, pues se relaciona a
la obtención de placer a través de comer (Álvarez, 2012).
Se calcula que sólo el 15% de las personas con diabetes
presentan polifagia (López, s/f), pero también se habla que el 90% de las
personas con sobrepeso la padecen (Álvarez, 2012).
Tipos de evaluación:
A través de una glicemina ya sea en ayunas mayor o igual a
126 mg/dl o a través de una glicemina mayor o igual a 200 mg/dl dos horas después
de una carga de 75g de glucosa durante una PTGO (López, s/f).
Estrategias y programas de intervención:
Principalmente consiste en la educación diabetológica que
proporcionan hospitales, ambulatorios y centros de salud, dando información
sobre la sintomatología basándose en un listado de síntomas específicas al
presentar cuadros de polifagia, de igual forma es común proporcionarle fichas o
tarjetas donde se encuentra de forma resumida los síntomas y el método para
controlar dicho síntoma (Cano, s/f).
El programa de intervención debe consistir en ayudar al
paciente a aprender o reconocer fácilmente las señales provenientes de su
organismo relacionados con las manifestaciones de una falta de glucosa con el
fin de que el paciente aprenda a discriminar las señales internas y detectar
cuales se relacionan con que padecimiento y cuales son características de la
polifagia. También se debe enfocar en eliminar las malas creencias con respecto
a que el consumir alimentos causa cierto placer, por lo que hay que desasociar
el estímulo del alimento con el sentimiento de satisfacción (Cano, s/f).
Se utiliza el método del moldeamiento
por aproximaciones sucesivas a la precisión de detectar cuando se está comiendo
de más o cuando no se está presentado el estado de saciedad para registrarlo y
concientizarlo. Otro elemento es el uso del feedback con el fin de rectificar
los errores o reforzar los aciertos en el control de la conducta (Cano, s/f).
En general el paciente debe de aprender a cómo transformar o
controlar cualquier análisis de glucosa, es decir reacondicionar su
alimentación dependiendo los niveles de glucosa presentada, está también
aplicado en el comportamiento de comer, es decir, no comer excesivamente ni
continuamente (Cano, s/f).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)